«La selección Ecuatoriana de Fútbol, ganó por la mínima ante el combinado colombiano en el estadio Metropolitano de Barranquilla».
Eso se dice en los medios de todo el mundo que hablan del triunfo de nuestra tricolor, resaltando a nuestros zagueros y calificándolos como «Una zaga difícil de roer en América del Sur».
Orgullo es poco para describir lo que más de 18 millones de ecuatorianos sentimos frente a este resultado. Indignación es poco para enfrentarnos a una cruda realidad que otros no hemos podido aceptar: Perder.
Y es que así es la vida misma, se gana y se pierde, se llora y se ríe, se niega y se acepta, se dicen cosas ilógicas y luego o aceptamos o nos mantenemos en la nuestra.
Pero hablemos con las estadísticas:
– Colombia obtuvo 67% en posesión de balón mientras que Ecuador solo un 33%.
– Colombia tuvo 5 tiros de esquina, Ecuador 2.
– Colombia tuvo 523 pases, Ecuador tuvo 278.
– Colombia tuvo 110 ataques, Ecuador tuvo 54
– Colombia logró 462 pases completados, Ecuador 207.
– Colombia obtuvo 5 remates al arco con posibilidad de gol y ninguno fue efectivo, Ecuador tuvo 1 y fue efectivo.
– Colombia tuvo 3 tarjetas amarillas y 0 rojas, Ecuador obtuvo 2 tarjetas amarillas y 1 roja.
Análisis:
Los cafeteros tuvieron muchas oportunidades para golearnos a lo grande, jugaron extremadamente bien, pases concretos, rapidez, fluidez con 11 jugadores en la cancha, completos y jóvenes. ¿Qué falló? Para mi fue desconcentración y presión, esas cosas mezcladas con la adrenalina del momento y la calentura del partido suelen jugar a favor o en contra y a ellos les pasó factura. Ojo, no nos puso el resultado a pedir de boca, porque en varias ocasiones pudieron concretar el gol, sin embargo, no se les dio.
Por otro lado Ecuador, si bien no tuvo tantas chances, supo aprovechar apenas vio la oportunidad y logró llevarse 3 puntos de manera válida, en la cancha, sudando la camisa, aguantando lluvia, gritándose unos a otros por los malos pases porque también tuvieron sus momentos, su juego no fue perfecto, para muestra la expulsión de Piero en un momento desesperado por la salida inesperadísima de Galíndez; sin embargo, fue efectivo en defensa y a pesar de que en el primer tiempo tuvo solo el 42% y en el segundo 23% de posesión de balón, fueron tajantes en anotar y mantener el resultado hasta el final con uno menos, cosa que les costó porque si la sufrimos, repito, Colombia nos dio guerra en la cancha.
En conclusión, seamos adultos profesionales.
Sepamos aceptar nuestros errores sin atacarnos entre nosotros mismos con la finalidad de tener una nota «polémica».
Como dijo el escritor argentino Jorge Luis Borgues «Hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria» y la suya hermanos colombianos, fue una de las mejores derrotas porque si bien no lograron el cometido; que tuvieron todo de su lado para hacerlo, lo intentaron, nadie puede decir lo contrario y lastimosamente eso, no está siendo analizado.
El triunfo de Ecuador fue muy justo. Ganó en el estadio Metropolitano de Barranquilla con un hombre menos y anotándole a Colombia por primera vez luego de 59 años en condición de local.
Lo injusto es que Colombia no está recibiendo el mérito que merece de su misma gente.