La crisis en Emelec sigue intensificándose y, según una entrevista realizada por Expreso, la tensión entre los jugadores y la directiva es cada vez más evidente. Uno de los futbolistas del equipo confirmó al medio que “el malestar es de todos los jugadores” ante la falta de respuestas de César Avilés, presidente en funciones, y de Carlos Puga, gerente del club. Este descontento también ha sido criticado por el socio y excandidato a la presidencia, Carlos Luis Torres, quien lamenta el silencio de los dirigentes.
Carlos Luis Torres, quien buscaba tomar las riendas del club en el período actual, señaló que “los desaciertos que cometió el señor Pileggi fueron desastrosos”. Torres considera que César Avilés, como subrogante en la presidencia, debería dar la cara a los socios y convocar una asamblea presencial lo más pronto posible. Para el excandidato, esta asamblea serviría para reconocer oficialmente a Avilés como presidente y para que exponga la situación en la que dejó el club el anterior dirigente, además de presentar un plan de trabajo claro para el futuro.
El exaspirante a la presidencia también expresó su preocupación sobre el proceder de Avilés, al afirmar que “el silencio nos hace pensar que será más de lo mismo”. Torres enfatizó que el cambio de liderazgo no puede ignorar los problemas actuales, que incluyen demandas en la FIFA, paralizaciones del plantel por falta de pagos y un panorama incierto para el próximo año. Aunque reiteró su apoyo a Avilés, insistió en que debe actuar con transparencia y eficacia para ganarse la confianza del socio y de los jugadores.
A esto se suma la complicada situación de los futbolistas. Según la información compartida, los jugadores han suspendido las prácticas en protesta por los atrasos salariales. Fernando León, uno de los capitanes, tuvo que cubrir personalmente los gastos de una reciente operación debido a la falta de pagos de Emelec al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), situación que también afectó a su compañero Pedro Ortiz. La crisis económica y administrativa que atraviesa Emelec amenaza con prolongarse, y sus jugadores se sienten cada vez más abandonados.